Ô Satan, prends pitié de ma longue misère! (III)
- ¿Crees que volvamos a vernos?
- ¿Eh?
- Luego de veinticinco años, como los ancianos de la televisión
- Es posible
- ¿Qué tan posible?
- No sé, puede o no puede pasar
- ¿De qué depende?
- Creo que con la muerte basta
- Nunca he querido llegar a vieja. Ando por la calle, el transporte público, los mercados, sobre todo por los supermercados y veo a esos ancianos que siempre se le cruzan a uno; caminando jorobados, cansados, con bastón, con nietos, con tristeza, con arrugas, con pobreza o con mugre. Vendiendo los objetos para su subsistencia, ofreciendo su inhabilidad para atraer nuestros actos de buen samaritano, mostrándose vulnerables se sienten merecedores de todo lo disponible: galletas, amabilidad, respeto, el lugar reservado en el metro. No quiero llegar a vieja
- No es tan malo
- Sí que lo es. Si tan sólo pudiera ser una ancianita del tipo que aun tiene vitalidad para pasearse en una bicicleta, entonces, no sería malo.
- Hazlo
- Lo dices fácil porque eres hombre, ¿cuándo has visto a una vieja dando vivaraces vueltas a la manzana en una?
- Creo que nunca
- En cambio es más común ver a viejos
- Ajá
- Me asusta la idea de contraer setenta años cual enfermedad y ser el epicentro de muchas desgracias que tal cual desgracias no son sino una serie de justicias que llegan con la edad y no hay dios en este mundo al que se le pueda reprochar ni médico ni crucigramas que te devuelvan belleza, juventud, habilidad y esa bendita imprudencia de usar el nombre de tal dios en vano
- Jajaja, cagarse en dios dirás
- Jajaja, cagarse en dios, exactamente. Me pregunto si Sofia irá a cagarse en dios tan seguido como ahora, cuando le lleguen sus propios justicias y su piel se arrugue tanto que los tatuajes que se ha puesto no parezcan más tatuajes
- No creo que llegue a vieja, morirá en el camino si sigue bebiendo y todo eso
- No digas, Burroughs fue el último de su generación en morir
- Bueno, en ese caso, quizá la redención sea parte de esas justicias que a todos nos llegarán, dejará de cagarse en dios poco a poco hasta que comience a alabarlo
- Me gustaría ver eso
- ¿Una Sofia cristiana sin ya más sus principios filosóficos? También me da curiosidad
- Mi punto es, que me gustaría vernos a todos, como en la televisión, reunidos luego de 25 años, hablando de...
- ...de los viejos tiempos
- Sin recordar las razones de las conductas que nos definieron cuando jóvenes,
- Cuando hoy, querrás decir. Me asusta que hables así, que te adelantes tantos años, incluso tantas horas a tu tiempo actual y te angusties o te desmorones sin razones ontológicas, no es saludable.
- De algo me moriré de todos formas.
- Ajá
- Pienso en la vejez como una enfermedad incurable...
- Algunas de esas irás acumulando
- ... que al paso de los días empeora...
- Como todo hoy en día
- ... y deja de funcionar...
- No hay de otra
- Pero, si llegamos a una vejez conjunta, con vasos de cerveza, algunos años sin vernos y nuestras memorias fracturadas que necesitan ser restauradas con una plática larga en un lugar donde ha tiempo atrás fue bosque o simple acera, no parece tan perniciosa.
- Amén.
Etiquetas: Cuentos mixtos, diálogos en confianza, reflexiones, ten piedad de mi larga miseria
2 Comentarios:
Como dijo el gran poeta José Hierro: -somos la suma/de instantes sucesivos/que el tiempo no destruye-
Excelente dialogo
Besos
De acuerdo con J.V. El diálogo es genial.
Me ha gustado. Y también que dejaras tu huella en mi blog, siguiéndome.
Saludos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal